iguales


Todos los Animales somos iguales.

La pregunta no es ¿pueden ellos pensar? Tampoco es ¿pueden ellos hablar? La pregunta es ¿pueden ellos sufrir? – Jeremy Bentham

La liberación animal no presume que los animales tengan derechos inherentes, pero profesa que debe darse la correspondiente consideración a los intereses de los animales. Aunque existen muchas similitudes entre humanos y animales, hay muchas diferencias entre sus habilidades e intereses. No es de esperarse que humanos y no humanos sean tratados de una forma idéntica, la naturaleza del ser debe ser tenida en cuenta.

El movimiento de la liberación animal argumenta que la igualdad ente humanos no está dada por la igualdad actual de sus atributos. Es más, el intelecto, la fuerza física, la capacidad moral y muchos otros atributos varían enormemente dentro de nuestra especie. La igualdad debe referirse a la igual consideración de los intereses humanos más no referirse a una igualdad absoluta, la cual claramente no existe. Los intereses de dos personas pueden ser muy distintos, pero deben ser otorgados la misma consideración. Esto no significa que siendo razonables se pueda llegar a la conclusión que unos intereses son más importantes que otros, pero si quiere decir que los intereses de otros no pueden ser descartados injustamente. Ahora, no existe razón moral o científica para no extender el principio de igual consideración de los intereses a los no humanos. Este hecho forma la base del movimiento de liberación animal.

La liberación animal basa su filosofía en el utilitarismo. Dicho utilitarismo combina la igual consideración de intereses con la idea que la acción correcta es aquella que lleva a la mayor satisfacción de los intereses sobre la frustración de los mismos de todos aquellos involucrados. Aunque medir esto es particularmente difícil en algunos casos, el utilitarismo tiene un lado positivo, previene situaciones unilaterales. En la actualidad, la explotación de los animales es una situación bastante unilateral, donde los intereses triviales de los humanos se imponen sobre los intereses más básicos de los animales, como el deseo de vivir o el mantenerse alejados del dolor y el sufrimiento.

Muchos humanos no ven ningún problema en la explotación de los animales ya que los humanos son superiores intelectualmente. La pregunta es “¿si poseer mayor intelecto no otorga el derecho a explotar un ser humano para el beneficio propio, por qué nos otorga ese derecho sobre los animales?” (Peter Singer, Animal Rights and Human Obligations, 1989). Desde un punto de vista moral, el poseer ciertas habilidades no lleva al simple hecho de poder descartar los intereses de los demás. Por lo tanto, la creencia en la superioridad humana no es base para descartar los intereses de los no humanos, así estos estén o no en conflicto con los intereses humanos.

El racismo y el sexismo son ejemplos de por qué es errado promover los intereses de un grupo sobre los del otro simplemente por pertenecer al grupo favorecido. El racismo y el sexismo están mal, no porque todas las razas y sexos posean las mismas habilidades, es más, estudios han comprobado la existencia de grandes diferencias. Así alguna raza fuera superior a la otra, eso no le entregaría la autoridad moral de sistemáticamente descartar los intereses de las otras razas. Como una analogía del racismo y el sexismo, el especismo involucra el favorecer los intereses de una especie sobre los de otra. El especismo es muy común entre los humanos, quienes rutinariamente descartan los intereses fundamentales de los no humanos para satisfacer sus intereses más triviales. Un ejemplo claro es el consumo de productos animales. Bajo el sistema de agricultura moderna, millones de animales viven todas sus vidas en condiciones horrendas, sólo para ser sacrificados así los humanos pueden experimentar el sabor de la carne, para el cual no tienen un requerimiento nutricional. Es claro que el maltrato y asesinato de los animales es el especismo es su peor expresión.

Después de esto, en un intento de justificar la explotación de los animales, algunas personas argumentan que los animales no poseen la capacidad mental ni viven vidas significativas que los humanos viven. Si así fuera y se quisiera justificar la explotación de los animales dada su capacidad mental, por ejemplo, en investigaciones científicas, entonces el razonamiento no especista que argumenta que no es correcto explotar humanos discapacitados con grave daño mental en una forma similar no existe. ¿Es moralmente correcto volver a aquellos humanos menos afortunados objetos de experimentación? Si no es así, entonces explotar no humanos con capacidad mental similar también es inmoral y por lo tanto especista.

Adaptado de Peter Singer, Animal Liberation, 1975,1990