Animales Humanos vs. Animales no humanos
Para nadie es un secreto que Colombia es uno de los países mas violentos y con mayor tasa de mortalidad humana por hechos de agresión del mundo, así pues, muchos pueden acudir a esta clase de argumentos para refutar al vegetarianismo, pues señalan que antes de preocuparnos por la vida de uno que otro animal es más importante y verdaderamente trascendente inquietarnos por el trato que nos estamos dando como seres de la misma especie.
En un lugar donde el secuestro, la extorsión, la depravación y otros infames delitos se han convertido en el diario vivir de muchas personas es algo ilógico no considerar como normal o sano la explotación de los animales, cuando la mayoría de las personas lucha por sobrevivir, simplemente es el curso normal de la vida. A todos estos argumentos exponemos la idea de repensar la vida, repensar nuestros actos, nuestros pensamientos, de tomarnos el tiempo para replantearnos lo que es nuestra existencia. No podemos continuar siendo hijos de las malsanas costumbres nacionalistas de la fritanga, la empanada de carne, el pollo frito. No podemos continuar bajo el dominio de la cultura de la hamburguesa, el hot dog, la comida chatarra y sangrienta. No podemos continuar siendo hijos de la pereza de pensamiento y muchas veces del corazón. Enfrentemos la verdad, somos lo que no debemos ser, simples carroñeros, ni siquiera depredadores, simplemente contratamos asesinos de millones de seres que dejan su dolor y sufrimiento marcado con sangre en el plato que tan apetitoso se nos antoja, sangre que no solo mancha nuestro ser físico sino que también quema nuestra lucidez emocional y mental.
Comprendamos que nunca podremos alcanzar momentos de paz humana cuando nos dedicamos a crear claustros de tortura y muerte de otros seres. No queremos exponer argumentos sobre salud, sabor y demás ideas a favor del vegetarianismo porque simplemente hemos comprendido que torturar, despellejar y aniquilar otros seres con el fin de satisfacer alguna supuesta necesidad sea el tipo de existencia que debamos llevar y a la vez pedir y marchar por el respeto a la vida de un grupo de colombianos, iraquíes, somalíes y otros a los que injustamente (como a los millones de animales que diariamente sufren en mataderos, laboratorios y otros verdaderos infiernos en Tierra) no se les ha respetado su derecho a respirar un aire libre, a vivir en tranquila y armoniosa paz, a disfrutar la tarde al lado de sus hijos (crías). No debemos aprobar el irrespeto por la vida humana, estamos de acuerdo, pero reaccionemos, todos somos hijos de la misma tierra, de la misma evolución, no tenemos ningún derecho de disponer de los cuerpos de los demás a nuestro parecer, nuestro cuerpo es algo muy importante al que debemos respetar porque es nuestro fiel acompañante en nuestro paso por este mundo y no nos gustaría que otro ser nos lo arrancase con excusas de necesidad. A ninguno le gustaría pensar en lo que seria de su organismo colgado en un gancho de carnicería con el fin de «satisfacer» un efímero momento.